sábado, 20 de septiembre de 2008

Manuela en Diario Clarín (06 de Febrero de 2007)


Manuela Pal: "No sueño con ser estrella"

Hija de Graciela Pal, actúa en "Son de Fierro". En su primer casting no dijo quién era y ganó.

Manuela Pal es una de esas actrices que confían ciegamente en las bondades del marketing: nacida como María Manuela Pérez Bosch, once años atrás siguió el consejo de su representante y tomó prestado el apellido de su madre, la actriz Graciela Pal para salir con fuerza al mundo artístico. "Es más corto, conocido y musical. Tiene gancho. Llama la atención, empezaron a preguntarme, ah... ¿Sos hija de? Y a mí no me joroba. Al contrario, me enorgullece", dispara simpática y en velocidad, con una capacidad de palabra por minuto que sorprende.

La adolescente "que nunca encuentra un hombre que le corresponda" en Son de Fierro (Canal 13) se asomó a la televisión en 1996 como una de las huerfanitas de Chiquititas, pero —según remarca— sin la mínima ayuda de su madre. "Al casting me llevó papá y quedé. Tiempo después se enteraron de que era la hija de...", comenta.

"De nena sabía lo que quería. De hecho, a los tres años ya cursaba 'Juegos teatrales' en el colegio. Después hice participaciones en Alta comedia e incluso un piloto para el 9 con Mariana Fabbiani y Pablo Echarri, cuando eran figuritas no grossas como hoy", evoca la chica de 22 años que cinco meses atrás viajó a España para protagonizar el filme Abrígate, de Ramón Costafreda.

Tras Chiquititas ("el mejor año de mi niñez") llegó un impasse impuesto por sus padres. La secundaria debía ser prioridad y Manuela siguió órdenes, pero amortizó el receso actoral con cursos de comedia musical y teatro con Hugo Midón. "Una vez terminada la escuela dije aliviada, ya está. Basta. Ahora sí o sí me dedico", cuenta híper gestual. El intervalo la forzó a comenzar de cero. Se conformó con bolos en Son amores, Costumbres argentinas y Malandras. Después llegó una participación en el culebrón mexicano Frijolito (Canal 13) y, al fin, el trampolín: un protagónico en el filme Palermo Hollywood, de Eduardo Pinto.

Para ese entonces Adrián Suar ya había puesto los ojos en ella y la chica hizo Vientos de agua hasta partir rumbo a La Coruña para rodar la película Abrígate, una co-producción de Pol-ka. "Fue la primera vez que hacía un viaje sola y sentí que me faltaba mamá. Pero me quedé tres meses y volví más canchera e independiente. Filmé en un pueblo llamado Betanzos. En la trama era una argentina que se va a vivir allá y que cuando muere su pareja, un hombre de cincuenta y pico, se enamora del hijo el día del funeral", explica.

Nieta del actor Pablo Palitos, hija única de padres separados, baila flamenco por mandato familiar. "Mi abuela era andaluza, mi abuelo aragonés. Mi mamá canta flamenco como los dioses, mi tía baila la sevillana. En casa se escucha Lola Flores... Inevitable no hacerlo", comenta la hoy sobrina de Mario Pasik en Son de Fierro, prima del personaje que interpreta Vanesa González.

"Supongo que la película me ayudó a volver a la tele. Con Adrián (Suar) tengo muy buena onda, mamá es muy amiga de Araceli desde que hicieron Nano. Prácticamente él me vio crecer. Pienso que habrá dicho cómo me creció la nena y me redescubrió", juzga y no puede dejar de citar a su primera maestra. "Me encantaría trabajar con mamá. Lo hicimos en Culpables de este amor y en el teatro Regina cuando me dirigió y sueño con volver a cruzarnos", cierra minutos después de una producción fotográfica callejera en la que generó piropos de toda índole. "Voy a citar algo que dijo ella en una nota hace años: Sueño llegar a grande y que mis compañeros me quieran y respetan por lo que soy", dice de corrido y se justifica. "De verdad, no sueño con ser estrella, ni actriz protagónica ni ganar miles. Prefiero mantenerme. Como lo hizo ella. Aunque se enoje y me aconseje que no piense así".

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