Las nuevas caras de Pol-ka.
Ya es un clásico de la TV. Como Telenoche, Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand y Susana Giménez, cuando está en pantalla. En la ficción la única certeza que aporta la producción local es que se estrenará al menos un ciclo de Pol-ka y que en él habrá muchas caras conocidas, muchos actores consagrados haciendo lo que mejor les sale pero también un par de debutantes. En el caso de Son de Fierro el aire fresco en realidad son tres. Vanesa González, Manuela Pal y Mónica Antonopulos aparecen desde enero todos los días en el programa de Canal 13 y se destacan más allá de los límites de sus personajes. Vanesa es Morena, la caprichosa adolescente que cada vez está más cerca de Juan, el profesor ciego que interpreta Mariano Martínez; a Manuela le toca ser su prima y compinche fiel, mientras que Mónica es Sisi, la delirante hermana de la matriarca de los Fierro, María Valenzuela.
En la tradición que hace unos años tuvo a Julieta Díaz como la actriz novel que después de pisar fuerte desde un papel secundario en 099, Central, pasó a ser protagonista y que a Florencia Bertotti la transformó de elenco en Floricienta, estas chicas ya pasaron los límites de la pantalla y son reconocidas por la calle. Aunque por ahora el público las conozca más como Morena, Lili y Sisi, los nombres de sus personajes, y las identifique más con los modos de la ficción que por el propio.
Eso del reconocimiento de la gente que todas las noches sigue la historia de la familia Fierro es distinto para cada una de estas mujeres que comparten un camarín y muchas largas horas de grabaciones en los estudios de Pol-ka.
"Cuando hacés una tira la gente reacciona distinto. Yo lo veo con mi mamá, que es muy conocida, pero cuando no está en la tele la reconocen mucho menos. Una tira diaria es impresionante. Ella tiene siempre la misma cara, pero cuando está trabajando la gente se da vuelta y la mira, y cuando no está trabajando pasa mucho menos. Esa es la diferencia cuando estás en el aire todos los días", dice Pal, que a pesar de sus 22 años tiene la experiencia de una familia de artistas. Su mamá es la actriz Graciela Pal y su abuelo fue el actor Pablo Palitos.
Los antecedentes de González y Antonopulos son muy distintos. Para la primera el camino para la actuación fue algo más arduo. "Desde chica siempre supe que quería ser actriz; nunca tuve duda alguna al respecto, pero mis padres no quisieron que hiciera castings hasta que tuviera la edad suficiente para tener claro si esto era una vocación, si realmente me gustaba o era sólo una soñadora, como decía mi papá", cuenta Vanesa detrás del flequillo que caracteriza a Morena, su personaje.
Para Antonopulos, chica Playboy de este verano, actriz de Extraña pareja en Mar del Plata, mucho de lo hecho hasta ahora en su carrera pasó por derribar ciertos preconceptos, propios y ajenos. "Cuando trabajé en El ojo cítrico me pedían que hiciera personajes, pensaban que los tenía armados, pero no. Era mi locura. A partir de eso me llamaron para Sin código, y mi papel fue creciendo. Ahora, este verano, me tocó hacer a Sisi y además la temporada en Mar del Plata. Me encanta lo que hago y ya no digo que es suerte", dice la chica que hasta el año pasado formaba parte del panel de Acoso textual.
Caras conocidasAunque a muchos espectadores televisivos las caras de estas tres actrices seguramente les sonarán de algún lado, sólo los más fieles al universo Pol-ka reconocerán a González por su papel en la serie juvenil Media falta, y quienes tengan extensa experiencia en Chiquititas recordarán que Pal solía formar parte de ese elenco hasta que decidió dejar aquello de la niña actriz para ser sólo niña por un rato. Más cerca en el tiempo, cuenta Pal, y literalmente se le eriza la piel, que Vientos de agua fue una de sus mejores experiencias actorales, especialmente cuando compartió escenas con Héctor Alterio, su abuelo en la ficción. "Fue lo mejor que me pasó. Laburar con Alterio fue fuertísimo. Y con Juan José Campanella en la dirección, genial. De hecho, gracias a ese papel me llamaron para un casting de una película española, Abrígate."
Para González, lo hecho hasta ahora tiene más que ver con lo teatral que con la pantalla. Ella estudió y estudia con Lito Cruz y junto a dos compañeras armó la obra Así de perras , con la que se presenta hasta fin de mes en La Plaza, y ya prepara una obra infantil. Y en eso estaba hasta que le llegó la oportunidad de grabar un capítulo de Mujeres asesinas que en realidad era una oportunidad para otra cosa. "El capítulo que hice fue una especie de prueba para ver si me iba a bancar el personaje de Morena", recuerda. Y lo cierto es que se lo bancó. Que después de interpretar a una adolescente violada por su padrastro no quedaron dudas de que podría sostener gran parte del romance juvenil de Son de Fierro.
Estas tres jóvenes que llegaron a la TV desde lugares muy distintos hoy ahora comparten un mismo programa, un camarín y el privilegiado lugar de ser las nuevas promesas de Pol-ka. Claro que para ellas lo único que cuenta es ser actrices, y ésa ya es tarea cumplida.
Por Natalia Trzenko
De la Redacción de LA NACION
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