viernes, 19 de septiembre de 2008
Manuela junto a su mamá, Graciela en Diario Clarín (abril 2004)
"No me privé de nada"
La actriz actúa en la telenovela Culpable de Este Amor, junto a su hija Manuela, y en la obra de teatro Oscar.
En los estudios de Martínez Graciela Pal fuma, come un sándwich y mira televisión, todo al mismo tiempo, mientras espera su turno para grabar. La actriz, de 57 años y más de 40 de carrera (debutó a los 14), disfruta viendo en la pantalla las escenas que comparte con Juan Darthés, protagonista junto a la peruana Gianella Neyra de Culpable de este amor (Telefé, a las 13).
A su lado está Manuela, su única hija, de 19, que desde hace años, cuando eligió precozmente la misma vocación que su mamá y su abuelo (el recordado actor cómico Pablo Palitos, el padre de Graciela), se le "filtra" cariñosamente en las notas. Pero esta vez, Manuela juega de local: también ella actúa en la tira (ver De tal...) y ese día se verán unas escenas muy audaces con el líder de la secta mesiánica que complica los destinos de los personajes de esta historia. La nota se interrumpe para atender a la pantalla. "¿Parezco más grande, no?", pregunta, nerviosa, Manuela. La madre no contesta, está muy seria viendo como su hija se desviste ante la cámara y queda con la espalda descubierta hasta la cintura, dispuesta a entregarse al personaje que interpreta Ramiro Blas. "Muy bien lograda, muy cuidada", aprueba finalmente, y la tensión se alivia.
Habrá otra oportuna interrupción cuando en la pantalla aparezca Consuelo, el personaje que encarna Graciela, y que en la tira es algo así como la madre adoptiva de Agustín (Darthés). "La relación entre Consuelo y Agustín es más que entrañable —explica— y eso pasa porque Juancito y yo nos queremos mucho, agregamos muchas cosas que no están en los libretos, y los autores nos las respetan. Yo cuando hago televisión nunca estudio la letra, porque siento que si la tengo aprendida no dejo fluir la emoción".
No se trata, en este caso, de puro "espontaneísmo". La emoción de la que Pal habla se fue educando en decenas de telenovelas (Franco Buenaventura, Primicias, Ricos y famosos, Provócame, Mujercitas son sólo algunas de las más recientes), obras de teatro (Perdidos en Yonkers, Extraña pareja) y comedias musicales (El diluvio que viene, Aquí no podemos hacerlo, Talismán), arriba y detrás del escenario, porque también se dio el gusto de dirigir (La manzana original; Eliot Ness, justiciero de la ciudad).
"Yo he vivido con alegría cada etapa de mi vida —dice orgullosa—, no me han faltado personajes por componer: he hecho prostitutas, mujeres sexies, canté, bailé, no me privé de nada... Creo que la edad me acompaña bien y yo la acompaño a ella".
Y a tus personajes no les faltaron romances... como el triángulo amoroso que tenías en Primicias (Canal 13) con Juan Carlos Mesa y Pepe Novoa.
¡Nunca! Yo siempre tengo mis romances, porque yo soy muy picarona... Creo que es lindo lo que me pasa, porque fui creciendo con mis personajes. Por eso yo soy anti cirugía, yo no me quiero operar de nada, me gusta asumir los roles que corresponden a mi edad, porque creo que es la mejor manera de disfrutarlos.
Además de la novela, Pal está haciendo Oscar en el teatro Broadway, junto a Alberto Martín y a Yuyito González, y está ensayando Reflejos en el agua, una obra del argentino Alberto Borla dirigida por Federico Palazzo (que también dirigió Culpable en el arranque), en la que compartirá escenario con Viviana Saccone y Claudio Garófalo. "Me había jurado no volver a hacer tele y teatro a la vez, pero desde Franco Buenaventura hasta Culpable pasé un año entero sin trabajar y lo padecí mucho... Tenía hambre de actuar".
De tal Palitos... tal nieta
La misma voz ronca, la misma sonrisa, las mismas ganas. "Un poquito la copio, y un poco me sale de manera instintiva, tenemos los mismos gestos, todo el mundo dice que somos iguales", reconoce María Manuela Pérez Bosch (19), que desde hace unos cuantos años es, simplemente, Manuela Pal. "La única herencia que yo le puedo dejar es mi apellido, que le puede abrir puertas, sobre todo afectivas", explica la mamá.
Manuela debutó como actriz a los ocho meses, en Coraje mamá. "Como la autora se enteró de que mi mamá me extrañaba mucho, embarazó al personaje para que pudiéramos estar juntas", cuenta la hija, que no disimula el romance que aún mantiene con su madre, y que la llevó a elegir su misma carrera. Después vinieron Vivan los novios (tenía 4 años y ya una vocación irrevocable), algún episodio de Alta comedia, La hermana mayor, y un año entero de Chiquititas. "Ese año le fue muy mal en la escuela —cuenta Graciela—, casi repite sexto grado, entonces llegamos al acuerdo de que iba a terminar el colegio sin trabajar". Y Manuela cumplió. Desde que terminó el secundario, participó por algunos capítulos en Malandras, Costumbres argentinas y Son amores; hizo teatro dirigi da por su mamá (Eliot Ness) y también debutó en cine: actuó en la película Palermo Hollywood, producida por Patagonik, que se estrena este año.
En Culpable, Manuela es Luciana, la encargada de cuidar al "elegido": el bebé al que la secta considera su futuro salvador.
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